Grupo de filósofos en mayor o
menor medida fieles a la filosofía hegeliana, que destacan los aspectos
más críticos de su filosofía, defienden posiciones progresistas en
política, la mayor independencia del poder civil frente a la religión y
tesis contrarias al cristianismo.
La filosofía
dominante en Alemania en la primera mitad del siglo XIX fue la
hegeliana. Tras la muerte de Hegel en 1831 un grupo de pensadores
interpretó su pensamiento en clave conservadora (la “derecha
hegeliana”), pero muy pronto aparecieron otros autores con propuestas
muy distintas: la “izquierda hegeliana”. Este movimiento comienza con el
debate sobre la religión abierto por Strauss con la publicación
de su obra “La vida de Jesús” (1835): Strauss considera que el
cristianismo tiene una naturaleza mitológica y su éxito se debe a
factores históricos y sociales, no sobrenaturales; concluye Strauss que
con el desarrollo de la humanidad el cristianismo será superado. Los
jóvenes hegelianos o hegelianos de izquierda admiten ese punto de
vista crítico. En esta crítica al cristianismo destacó también
Feuerbach con su obra "Esencia del Cristianismo" (1841). Las tesis
principales de este filósofo en contra de la religión tradicional son
las siguientes:
- rechaza la inmortalidad del alma y valora positivamente la percepción y el cuerpo, frente al pensamiento abstracto y al espiritualismo de la filosofía hegeliana;
- la religión y la teología son antropología enmascarada: los predicados que se atribuyen a Dios se refieren propiamente al hombre, aunque la religión los traslada a un ser abstracto, imaginario; el hombre toma lo mejor de sí mismo (su inteligencia, sus sentimientos, su voluntad) y los traslada al ámbito de lo infinito, inventándose el mundo religioso; Dios no crea al hombre, el hombre crea a Dios;
- la religión es una forma de alienación del hombre; Feuerbach anticipa las ideas marxistas de la religión como alienación y como “opio del pueblo: el hombre se aliena en la religión porque, en primer lugar, el mundo trascendente, Dios, es una invención humana creada con los materiales que toma de sí mismo (particularmente de sus sentimientos), pero más aún porque ese mundo inventado se vuelve contra el hombre mismo, pues su preocupación por lo sobrenatural le resta capacidad para ocuparse del único ámbito en donde le es posible el perfeccionamiento, el mundo de la finitud, el mundo real. Feuerbach reclama un cambio radical en la consideración y valoración de la humanidad y de la religión: antes Dios era el ser ideal que reunía en sí todas las perfecciones imaginables, ahora el depositario de la esencia y los atributos divinos es el hombre, no el individuo concreto, limitado y finito, sino la humanidad en su conjunto. Feuerbach rechaza la religión entendida al modo tradicional, pero reclama lo que algunos autores llaman “antropoteísmo”, una nueva forma de religiosidad basada en la divinización de la humanidad: el hombre es Dios para el hombre.
- Marx creyó que la crítica de Feuerbach a la religión era inadecuada porque este filósofo no consiguió entender cabalmente la razón última de la aparición de la religión, que para Marx es la existencia de explotación económica, de la alienación básica consecuencia de la explotación del hombre por el hombre;
- Feuerbach pensó que para la superación de la religión era suficiente su superación intelectual, el desarrollo de una nueva filosofía que mostrase lo absurdo de las creencias religiosas tradicionales; Marx creyó, sin embargo, que esta superación en el mundo del pensamiento no es suficiente, además es preciso cambiar la realidad, cambiar el sistema productivo que ha dado lugar a la alienación religiosa (en la sociedad comunista no existirá la religión pues no existirá la explotación económica);
- Feuerbach creyó que los atributos divinos le corresponden al hombre, no al Dios tradicional, proponiendo algo así como una religión de la Humanidad; Marx no aceptó esta sustitución de Dios por el Hombre como objeto de culto religioso. Sin embargo, muchos autores destacan el paralelismo del marxismo con la religión: culto a los líderes, preocupación por las fuentes o textos de Marx como la que el cristiano tiene respecto de la Biblia, escatología o descripción de un tiempo futuro al que inevitablemente conduce la historia y en donde el hombre cumplirá su destino, gusto por los ritos, cánticos, imágenes y las manifestaciones sentimentales multitudinarias, preocupación por mantener a los seguidores en la ortodoxia y persecución de las interpretaciones consideradas heréticas, fe en la verdad de la propia doctrina y en la inminencia de la revolución,... Aunque no es nada descabellada esta interpretación del modo concreto en que muchas personas y sistemas políticos defienden el marxismo, este modo de vivir la doctrina marxiana no coincide con las declaraciones de Marx (el propio Marx criticó irónicamente la lectura dogmática de su pensamiento que ya empezaba a estar presente en su época indicando que él no era marxista).
Los
principales representantes de la izquierda hegeliana fueron Strauss,
Bauer, Feuerbach Ruge, Stirner, Engels
y Marx.
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